El parlamento iraquí estaría pronto a votar un acuerdo supuestamente ya negociado que contempla la retirada de las tropas de EEUU del país para 2011.
El gobierno iraquí estaría esperando la aprobación en el parlamento y la presidencia de este país. El acuerdo, de varios puntos, dice que para junio de 2009 todas las tropas estadounidenses deberían retirarse de las ciudades, dejando Irak para 2011; y pasar el control total del país a las fuerzas iraquíes, las que han sido entrenadas los pasados años por las fuerzas de EEUU. Estas fuerzas tuvieron su prueba de fuego a principios de este año cuando lograron (con el apoyo indirecto de las fuerzas de EEUU) limpiar la ciudad petrolera de Basora de las milicias Mehdí, lideradas por el clérigo chiíta anti-estadounidense Moqtada Al-Sadr. El éxito relativo de la operación dejó a las fuerzas iraquíes bien paradas, por lo que el mismo gobierno iraquí quedó bien posicionado para estas negociaciones y aumentó sus demandas de un acuerdo para la definitiva salida de las tropas norteamericanas.
Se entiende, entonces, que la fecha de retirada solo puede depender del grado de seguridad imperante en el país, por lo que además, el acuerdo contemplaría un comité que finalmente decidiría la fecha exacta de la retirada, pudiendo adelantarla o retrazarla.
Según la máxima autoridad iraquí en la negociación con EEUU, Mohammed Al-Haj Hammoud, algunas tropas podrían quedarse más allá de la fecha para continuar con el entrenamiento de las tropas iraquíes. Este diplomático agregó que el acuerdo ya estaba listo en cuanto a las negociaciones entre las partes y que ahora todo dependía de los líderes y los políticos de cada país.
Este, sin embargo, no parecería ser muy popular en Irak. Al-Jazeera informa que grandes protestas se dieron en Bagdad, en especial en los barrios chiítas, los más cercanos a la posición de Muqtada Al-Sadr (El clérigo chiíta). Que advierte que este no devuelve la soberanía a Irak, sino que lo convierte en un aliado estratégico a largo plazo.
Además, se critica una cláusula especial del acuerdo que garantizaría la inmunidad judicial de los soldados estadounidenses mientras estén en bases militares o en operaciones, por lo que no podrían ser juzgados por la justicia iraquí por cualquier delito y en cualquier circunstancia. La cláusula, sin embargo, no protege a las empresas privadas y contratistas de seguridad norteamericana, por lo que en ese caso sí, cualquier crimen cometido por un ciudadano estadounidense a uno iraquí podría ser juzgado por la ley local.
El acuerdo, de completarse y ser votado favorablemente por el parlamento iraquí y la presidencia (que tiene poder de veto) terminaría con 10 meses de negociaciones y les daría un horizonte seguro a 147.000 tropas estadounidenses en Irak, con el objeto de ceder el control casi total del país a las tropas iraquíes para el año que viene, si es que la actual situación en el país se mantiene tranquila y segura: los índices de violencia han bajado mucho estos meses; paradójicamente disparándose en Afganistán, donde las tropas estadounidenses y de la coalición enfrentan, por estos días, un resurgimiento del poder talibán.
En la foto: Ciudadanos iraquíes en el barrio chiíta de Sadr City, Bagdad, donde las protestas en contra del acuerdo con los EEUU y la visita de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, tomaron las calles.
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